sábado, 28 de enero de 2012

La magdalena proustiana

"Cada día atribuyo menos valor a la inteligencia. Cada día me doy más cuenta de que sólo desde fuera de ella puede volver a captar el escritor algo de nuestras impresiones, es decir, alcanzar algo de sí mismo y de la materia única del arte. Lo que nos facilita la inteligencia con el nombre de pasado no es tal. En realidad, como ocurre con las almas de difuntos en ciertas leyendas populares, cada hora de nuestra vida, se encarna y se oculta en cuanto muere en algún objeto material. Queda cautiva, cautiva para siempre, a menos que encontremos el objeto. Por él la reconocemos, la invocamos, y se libera. El objeto en donde se esconde -o la sensación, ya que todo objeto es en relación a nosotros sensación- muy bien puede ocurrir que no lo encontremos jamás. Y así es como existen horas de nuestra vida que nunca resucitarán. Y es que este objeto es tan pequeño, está tan perdido en el mundo, que hay muy pocas oportunidades de que se cruce en nuestro camino. Hay una casa de campo en donde he pasado varios veranos de mi vida. He pensado a veces en aquellos veranos, pero no eran ellos. Había grandes posibilidades de que quedaran muertos por siempre para mí. Su resurrección ha dependido, como todas las resurrecciones, de un puro azar. La otra tarde cuando volví helado por la nieve y no me podía calentar, habiéndome puesto a leer en mi habitación bajo la lámpara, mi vieja cocinera me propuso hacerme una taza de té, en contra de mi costumbre. Y la casualidad quiso que me trajera algunas rebanadas de pan tostado. Mojé el pan tostado en la taza de té, y en el instante en que llevé el pan tostado a mi boca y cuando sentí en mi paladar la sensación de su reblandecimiento cargada de un sabor a té, sufrí un estremecimiento, olor a geranios, a naranjos, una sensación de extraordinaria claridad, de dicha; permanecí inmóvil, temiendo que un solo movimiento interrumpiera lo que estaba pasando en mí y que yo no comprendía, aferrándome en todo momento a aquel pedazo de pan mojado que parecía provocar tantas maravillas, cuando de pronto cedieron, rotas, las barreras de mi memoria, y los veranos que pasé en la casa de campo que he dicho, irrumpieron en mi conciencia, con sus mañanas, trayendo consigo el desfile, la carga incesante de las horas felices.

Entonces me acordé: todos los días, cuando estaba vestido, bajaba a la habitación de mi abuelo que acababa de despertarse y tomaba su té. Mojaba un bizcocho y me lo daba a comer. Y cuando hubieron pasado aquellos veranos, la sensación del bizcocho reblandecido en el té fue uno de los refugios en donde habían ido a acurrucarse las horas muertas -muertas para la inteligencia- y en donde sin duda no las habría hallado nunca, si esta tarde de invierno, cuando volvía helado de la nieve, mi cocinera no me hubiera ofrecido la bebida a que estaba ligada la resurrección, en virtud de un pacto mágico que yo desconocía...".

Todos los escritores hemos oído hablar de la "magdalena proustiana". Esta expresión viene precisamente de este texto del escritor Marcel Proust, en el que nos cuenta como el escritor debe abandonarse a las sensaciones para recuperar o encontrar el alma de su literatura.

Y tú has encontrado ya tu "magdalena proustiana" Háblanos de ella aquí. 
Este debate será muy importante porque quiero llevarlo completo al blog de biografías.









Aleyda Cruz Me fascina el sentido y el estilo. Te admiro Herminia!
El jueves a la(s) 19:38 · Me gusta · 1

Que buena idea ésta,Her...Realmente desconocía la "magdalena proustiana",pero juro me agrada y me deja el sabor presente de muchas ocasiones.Me sucede desde muy atrás,(no recuerdo exacto desde cuando),que el poder de libre asociación no me ...Ver más
Ayer a las 2:46 · Me gusta · 1

Olga Liliana Reinoso Prometo leerlo detenidamente como se merece el texto. Eso será mañana, cuando mi unineurona en movimiento pendular se estabilice al despertar. Buenos y felices sueños.
Ayer a las 5:09 · Me gusta

Muy cierto Herminia!!!!!!!hay sabores, fragancias o situaciones que hacen que nos transporten o asociemos con recuerdos pasados y nos hacen renacer nuevamente en ese tiempo...el cerebro humano es increible y maravilloso!! todo está registra ...Ver más
Ayer a las 6:12 · Me gusta · 2
A eso se refería Marcel Proust, he querido ofrecerlo porque como escritoras en alguna entrevista os pueden preguntar : Cual ha sido vuestra magdalena proustiana? Y no podéis quedaros con la boca abierta diciendo: eso que es Este texto de M...Ver más
Ayer a las 8:44 · Me gusta · 2

Mini... He leído esto varias veces. Cuando me di el permiso de volver a escribir, ya rehabilitada, lo hice en función de una necesidad. 
Corría el año 2006 y recién terminaba mi tratamiento de casi dos años. Lo único que caminaba por mi men ...Ver más
Ayer a las 9:01 · Me gusta · 4

Emilia Marcano Quijada mmm... y lo que he escrito acá me gusta. lo pondré en mi muro :)
Ayer a las 9:09 · Me gusta · 2

Emilia Lee Nos hemos echado TODAS a andar El camino de Lo Siempre Posible!!!
Ayer a las 14:13 · Me gusta · 3

Sigo buscando, todas las mañanas, cuando me levanto, esa "magdalena proustiana" que me despierte del hastío y la rutina. Y es en esos momentos, cuando lo encuentro, en el sabor del mate amargo recién cebado, o al poder sentir en el olor del ...Ver más
Ayer a las 14:55 · Me gusta · 4

Todos los años que viví fuera de la provincia de La Pampa, mis ojos -los de afuera y los de adentro- buscaban añorantes este cielo infinito, al alcance de la mano, que podemos disfrutar en la llanura. Nada es comparable a un cielo pampeano ...Ver más
Hace 23 horas · Me gusta · 3

Otro momento mágico, translúcido, en el que comulgo con mis sensaciones más vívidas y mis sentimientos genuinos es el atardecer. La figura de mi padre, su silencio contemplativo, se ubican a mi lado en un soliloquio que dura hasta las últim ...Ver más
Hace 23 horas · Me gusta · 2

Cuando escribo sé que lo que llega viene de un lugar muy íntimo completamente alejado de la experiencia intelectual. En mis todavía escasos y provisionales textos, sé que estoy vinculándome a una parte de mí que no podría mostrar de otro mo ...Ver más
Hace 22 horas · Me gusta · 3
Herminia Lægreid Yo tengo mi magdalena, una pastilla de jabón negro "magno" que estaba en un cortijo donde pasé algunos días de mi infancia... en un cuarto lleno de baules y trastos, había un lavabo con la pastilla negra, ovalada .. con ese olor tan peculiar... Cuando la volví a ver y oler años después sentí una revolución dentro, ajena a todo raciocinio.
Hace 21 horas · Me gusta · 4

Corrí media vida tras mi Magdalena Proustiana, buscando el refugio de las horas felices: "el del olor a salitre de la orilla del mar de mi infancia", recuerdo recurrentemente evocado, que me arrancó por siempre, mis mas profundos suspiros d ...Ver más
Hace 20 horas · Me gusta · 5

Irne Vinci ES que Emilia, vives en uno de los lugares más hermosos de esta tierra...Estoy tan lejos de ahí, siquiera puediera ir...veremos cuanto salen los días del encuentro para poder anotarme. Besito
Hace 2 horas · Me gusta · 2
Herminia Lægreid Sigan hablando de su "magdalena proustiana" porque estas pequenã tertulia va a ir al blog de biografías.
hace aproximadamente una hora · Me gusta · 2

1 comentario: