Herminia Lægreid

Yo soy Herminia Lægreid, española, mi apellido español es Delgado; pero me he apropiado del apellido de mi compañero, noruego. Lo llevo en mi faceta artística porque mi nombre y su apellido van bien juntos. Todo lo demás también.

Soy de Granada, una ciudad enamorada de una montaña.
 He crecido en una casa grande de puertas abiertas, he sentido la libertad de un modo salvaje como sienten los niños que crecen en plena naturaleza.
He escapado de ese hermoso paraíso porque se me quedó pequeño.
 Estudié Filosofía y Letras, Historia e Historia del Arte. Estudié inglés, italiano, francés y estudio noruego.
 Me he enamorado más de cien veces.
 Adoro el mundo, la gente, ver mucho, moverme mucho, leer mucho, no perder ningún tren.
Padezco una enfermedad llamada "crecimiento crónico", sus síntomas son evitar tomarme demasiado en serio, no conformarme jamás con lo que los demás consideran correcto y seguir mi criterio, con orgullo, sin miedo a estar sola.
Considero que el miedo a la soledad nos hace esclavas de los demás. Que cuando se sabe estar solo se es libre. Y sólo los seres libres son de fiar. No me fío de quién no sabe vivir consigo mismo.
Tengo un puñado de buenos amigos. Y no busco ni uno más, pero de vez en cuando alguno se me filtra. Qué le vamos a hacer. Hay que hacerle un hueco.
Estoy agusto conmigo misma.
He leído mucho, he viajado mucho, he jugado mucho, he llorado algo y algo he amado también.

 Me he casado dos veces y un apolo rubio de ojos azules como el fondo del cielo, está intentando convencerme para que lo haga la tercera. Resisto.
Tengo hijos a los que he transmitido la importancia de la libertad y el propio espacio para sobrevivir.

Escribo porque los cuentos infantiles me frustraron. Se sufría demasiado para llegar al final y el final eran dos líneas. Decidí dedicar yo un par de páginas de mi puño y letra a describir la felicidad. Después ya no había escapatoria. Una vez que la tinta te entra en las venas ya no hay vuelta atrás.