viernes, 26 de agosto de 2011

Susy Shines




                                                                     Susy Shines

Me asomé a este mundo una fría madrugada a fines del mes de agosto con el nombre de Susana Beatriz Gómez Espeche, allá por el año… (no, mejor no lo expongo aquí, que ya superé el medio siglo)- Aunque ambos apellidos fueron heredados por vía paterna, adopté el segundo como seudónimo porque lo tomo como algo que me caracteriza, a diferencia de los que lo preceden.
Nací y crecí en la ciudad mediterránea de Córdoba, rodeada de las pintorescas sierras, que fueron el paseo habitual durante mi infancia y adolescencia- Allí conocí a mi marido y padre de mis tres hijos y, aunque diversas circunstancias de la vida nos hicieron tambalear, probablemente el hecho de quedarnos solos nos llevó a ser en la actualidad mas compañeros que nunca- Solos, porque cuestiones laborales nos trajeron a esta ventosa localidad sureña, situada al borde de la Patagonia y cercana al océano Atlántico, poco tiempo después de formalizar nuestra unión- Aquí crecieron nuestros hijos, pero migraron a mi ciudad natal persiguiendo sus sueños, donde conocieron a sus respectivas parejas e iniciaron sus carreras laborales, por lo cual ese terruño está cada vez mas cerca de mi corazón.
La pasión por las letras y por la poesía me fue inculcada desde niña por mi padre, quien acostumbraba a someternos a largos recitados y que más adelante nos divertíamos con mis hermanos haciéndolo callar, cuando en realidad yo lo disfrutaba, pero nunca encontré la oportunidad de hacérselo saber y cuando me percaté de ello, él ya no estaba para expresárselo- Cuando cursaba la escuela primaria tuve mis primeros intentos literarios en una infortunada novela sobre algún animal, páginas que terminaron abandonadas en algún rincón- Mi segunda incursión fallida en las letras fue durante mi adolescencia con unos cuantos poemas, pero el cuaderno donde los reunía creo que fue a parar a la basura en algún arrebato de desilusión al volver a leerlos mas tarde, porque cuando lo busqué muchos años después ya no pude encontrarlo.
Confieso que nunca pude superar el trauma de la hoja en blanco, así que cuando alboreaba el presente siglo, las musas se hicieron presentes nuevamente frente a la pantalla de un computador y, si bien hay períodos en que me abandonan, espero que no se pierdan definitivamente- Ya inmersa en la era tecnológica, la autopista informática me facilitó unirme a diversos grupos literarios (Grupo Amigos de la Poesía del FACE, Poemas del Alma y luego este adorable Club de las Poetisas), los cuales me sirvieron de incentivo e inspiración para continuar escribiendo- Mi anhelo es poder consagrarme a esta actividad (por ahora es solo un hobby ) cuando ya no me sienta más comprometida con mi trabajo como Psicóloga, mi otra pasión.

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